Nepal al Natural

Bienvenidos a Nepal

 

Enclavado entre el majestuoso Himalaya y las calurosas llanuras de la India, Nepal es un país de picos nevados y sherpas, yaks y yetis, y monasterios y mantras.

 

Imponentes cimas

 

El Himalaya es el principal objetivo de muchos montañistas, dado que Nepal ofrece las rutas más icónicas y accesibles para descubrirlo, con escarpados senderos que llevan, entre otros, al Everest y al Annapurna.

 

Otro aliciente es la descarga de adrenalina que comporta hacer rafting por turbulentos ríos o practicar bungee jumping en una profunda garganta del Himalaya. Se puede practicar barranquismo, escalada, parapente, ciclismo de montaña o kayak en algunos de los paisajes más espectaculares del mundo.

 

Ciudades medievales y lugares sagrados

 

Hay quienes prefieren descubrir Nepal a un ritmo más pausado y contemplar las montañas desde un mirador, deambular por las plazas y templos medievales de Katmandú, Patan y Bhaktapur, o dar un paseo espiritual por stupas y monasterios centenarios junto a peregrinos budistas. Nepal sigue siendo el centro cultural del Himalaya: el valle de Katmandú atesora magníficos palacios, diminutos santuarios ocultos en callejones y maravillosos templos.

 

Aventuras en la jungla

 

Más al sur se hallan los brumosos parques nacionales, donde los viajeros escudriñan las copas de los árboles en busca de aves exóticas y recorren la jungla a lomos de elefantes para avistar tigres y rinocerontes. Se puede ir a un lujoso lodge con safari en el céntrico Chitwan, o explorar el remoto Parque Nacional de Bardia o la Reserva Natural de Koshi Tappu. Tanto si se descubre el país en bicicleta, como en moto, autobús o rafting, sorprenderá el inmenso abanico de paisajes y atractivos que ofrece.

 

Un nirvana para el viajero

 

Pocos países están tan bien preparados para el viajero independiente como Nepal. Las tiendas de trekking, panaderías y pizzerías de Thamel y Pokhara son un paraíso para los mochileros. Y en las zonas rurales la vida tradicional de las montañas discurre a un ritmo lento y tranquilo. Muchos viajeros llevan años recorriendo los senderos del Himalaya y los pueblos y templos de las montañas del centro, pero siempre regresan a por más. Tal vez el principal problema sea cómo tener tiempo para todo.

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